El equipo multidisciplinario del Parque Estatal Estero El Salado, perteneciente a la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Semadet), impulsa mesas de trabajo y talleres educativos para crear conciencia en la relación humano-cocodrilo.
Estas acciones tienen como meta evitar los impactos negativos en los cocodrilos (Crocodylus acutus), una especie representativa de la zona costera de Jalisco con un gran valor biológico, que cada vez tiene menos población.

Helios Hernández Hurtado, biólogo experto en cocodrilos y responsable del Parque Estatal Estero El Salado, explicó que siempre es buen momento para informar, educar a la población y generar una convivencia de respeto con una especie que ha estado en nuestro planeta durante millones de años.
Las mesas de trabajo estarán integradas por autoridades de los tres niveles de gobierno, así como por la academia, asociaciones civiles y sociedad en general.
“Vamos a hacer campañas más fuertes aquí en el Parque Estatal, junto con la Universidad de Guadalajara, las autoridades municipales, donde se difunda precisamente este tipo de información, para que todos conozcamos y no tengamos accidentes, y nos enseñemos a convivir con la naturaleza”, aseveró.
En estos espacios crearán un ambiente de trabajo donde se eduque cómo interactuar con ellos y evitar acciones negativas en el acercamiento de estos reptiles a zonas de playa.
Las interacciones negativas suceden cuando las personas no siguen las indicaciones, ignoran los letreros que advierten sobre la presencia de cocodrilos, los turistas que intentan tocarlos, tomar fotografías o capturar crías de cocodrilos de los nidos.
La temporada reproductiva de esta especie va de febrero a julio, por lo que invitó a la población a ser cuidadosos y respetuosos porque entre julio y agosto comienzan los nacimientos de cocodrilos.
Puerto Vallarta fue una zona importante de pantanos y manglares, y en conjunto con Nayarit sumaban más de mil hectáreas de estos tipos de ecosistemas, y con la urbanización se redujeron a 600 hectáreas, de las cuales 208 hectáreas corresponden al Parque Estatal Estero El Salado.
“Lo primero que tenemos que entender, es que estos son sitios de cocodrilos, lo han sido históricamente, lo han sido paleontológicamente, están aquí antes que los humanos los cocodrilos”, enfatizó.
Debido a la intervención humana y los depredadores naturales, las crías de cocodrilo son muy vulnerables, por lo que el crecimiento de estas poblaciones es muy lento.
Actualmente, la población de cocodrilos en la Bahía de Banderas (Jalisco-Nayarit) es de alrededor de 300, de los cuales se tiene el registro de 45 cocodrilos adultos; El Salado cuenta con 60 ejemplares de todos los tamaños.
“Son muy poquitos en realidad. Las personas pensarían que hay muchos más, pero si nosotros queremos comparar cocodrilos por área, en 200 hectáreas 60 cocodrilos nos da medio cocodrilo por hectárea, es bajísima la densidad”, afirmó.
Hernández Hurtado aseguró que durante los años 60 y 70, las poblaciones de cocodrilos disminuyeron significativamente debido a la explotación de la especie porque no estaba regulada la protección hacia estas especies, incluyendo a la tortuga marina.
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