La pantalla grande evidenció el cambio en la vida de los niños refugiados en Uganda con el documental Más que un club: unidos somos deporte, refugio y esperanza”, que se proyectó en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara en su edición Cuadragésima.
La realización del filme estuvo a cargo de la agencia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), la Fundación FC Barcelona y asociaciones civiles que apoyan a refugiados de distintos países.
En el mundo hay un aproximado de 123 millones de refugiados, personas que por motivos de guerra, desastres naturales o complicaciones políticas deben migrar a sitios donde, si tienen suerte, les proveen de servicios médicos, alimento y educación.
Gracias al apoyo de la ACNUR y la Fundación FC Barcelona con la creación de escuelas deportivas, en las cuales enseñan a la niñez a desarrollar habilidades de empatía, compañerismo, disciplina, superación y cariño se logró transformar vidas.
La directora general de la Fundación FC Barcelona, Marta Segú i Estruch, declaró que resultó sumamente importante visibilizar la situación en la que viven miles de personas.
“Los refugiados no pidieron serlo, ellos no decidieron migrar por voluntad, no tenían otra opción. La ayuda humanitaria va a la baja, no podemos dejarlos de lado cuando todos en algún momento de la historia hemos sido migrantes. Hay que romper con los discursos de odio. Nuestra piel, nuestra nacionalidad o nuestra cultura no deben ser lo que nos distinga frente al mundo: todos somos humanos”, subrayó.
El representante de la ACNUR en México, Giovanni Lepri, enfatizó que la ayuda humanitaria va a la baja, y los recursos que se otorgan no son suficientes.
“Tenemos que entender que si brindamos las herramientas adecuadas a las personas refugiadas, ellas harán grandeza, saben lo que es perderlo todo y comenzar de cero”, aseveró.

Durante la proyección participó el actor y embajador de buena voluntad de la ACNUR Américas, Alfonso Herrera, quien expuso que el filme mostró la vida de niñas, niños y personas adultas refugiadas en Uganda, y de la gente que crea comunidad y encuentra la motivación para crear, soñar y compartir con otros lo que aprende en “su nueva vida”.
“Lo más importante es visibilizar, necesitamos que el discurso cambie, que los discursos de xenofobia se eliminen. Desde mi voz me gusta compartir estas experiencias, mostrar a mis hijos que tenemos privilegios y que deben ser agradecidos; pero también que si podemos ayudar, debemos hacerlo, de la manera en que podamos”, resaltó Herrera.
El documental, más allá de mostrar una realidad cruda y actual, demuestra que la ayuda y la corresponsabilidad en el humanismo son motor para cambiar realidades y brindar soporte a personas que quieren modificar su realidad.
Deja un comentario